sábado, 22 de diciembre de 2012
Los cambios a veces son buenos.
Sí, ya estamos en diciembre. Ya ha pasado un año más. Ahora es cuando toca recordar lo que hemos hecho durante todo el año. Ha pasado muy rápido, ha habido momentos malos y momentos buenos, pero bueno como en todo. Momentos en los que no puedes ser más feliz y momentos en los que preferirías meterte en la cama y no salir de ahí en una buena temporada. Momentos de bajón en los que solo quieres un abrazo. Y momentos para recordar. Momentos en los que te duele la tripa, de lo que te estás riendo, sí, te ríes de todo. Momentos de nostalgia, en los que echas de menos a alguien. Y este año ha habido muchos momentos para recordar, para recordar el 2011. Momentos en los que comparas el 2011 y el 2012 y no se parecen en lo más mínimo. Momentos en lo que te das cuenta de que has cambiado, que has cambiado tu y todos. Que ya no sois las mismas que se recorrían todo el pueblo, para verles un segundo, para que se acelerará el corazón en medio minuto, y que te quedarás con esa sensación toda la tarde. Ahora no, ahora lo mucho que podemos recorrer es de una casa a la otra, o a un bar, que nos da igual verles, o eso creo. Que recuerdas esto y te da pena, que por un momento quieres volver otra vez a esa época que con una mirada suya eras feliz. Pero bueno, al fin y al cabo, todos los cambios son buenos. Y si las cosas cambian es por algo.
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